La moda digital en América enfrenta un punto de inflexión con el impacto de plataformas como TikTok y SHEIN. ¿Podrá adaptarse a tiempo?
En un giro que recuerda al impacto del K-pop en la industria musical, la moda digital americana se encuentra en una encrucijada con el surgimiento de gigantes digitales como TikTok y SHEIN; se está vislumbrando un futuro donde la adaptación a lo digital es crucial para la supervivencia.
La moda en la era digital: Lecciones de la música
Las evidencias del cambio son contundentes. En 2023, la música logró un hito histórico, alcanzando la asombrosa cifra de 1 billón de reproducciones en tan solo 6 meses. La música latina y el K-pop encabezan la lista de las 10,000 canciones más reproducidas en el primer semestre, marcando la preferencia de la audiencia.
El fenómeno K-pop es un testimonio claro de cómo un sector puede cambiar con la irrupción de la digitalización. Las ventas de K-pop en EE. UU. han crecido un 50% en dos años, mientras que las ventas totales de música americana en dicho país han descendido un 6%. Este éxito se basa en el hecho de que el K-pop sorteó etapas tradicionales, pasando directamente a la era televisiva y luego a plataformas digitales como YouTube y Tik Tok, donde su estética visual brilló.
La industria de la moda en EE. UU., sin embargo, se afianzó en las revistas y los desfiles. Pero con la irrupción de SHEIN y Temu, que florecieron en la era de las aplicaciones móviles, la moda también se ha vuelto digital. Los consumidores de la Generación Z, que se relacionan fuertemente con las marcas a través de dispositivos móviles, están redefiniendo el comercio electrónico.
El ecosistema digital chino: Un modelo a seguir
China lidera este cambio, donde aplicaciones móviles, marketing digital y comercio en vivo han revolucionado el ecosistema de la moda digital. Esto coloca a las marcas chinas en una posición ideal para sacudir a las marcas norteamericanas que se aferran a enfoques obsoletos.
Sin embargo, la moda digital en Norteamérica enfrenta desafíos. La naturaleza fragmentada de su industria y la falta de comprensión del entorno digital los ponen en desventaja. Así como el K-pop surcoreano diseñó su éxito para la televisión, las marcas chinas han integrado perfectamente fabricación, marketing, logística y experiencia de usuario móvil.
Un nuevo orden mundial emerge: la influencia es ahora propiedad de cualquiera con un teléfono.
La industria de la moda, que aboga por la colaboración, debe adaptarse al dominio compartido en lugar del crédito individual. De lo contrario, enfrentará una caída similar a la era de Napster en la música, en la década de los 90s. El mensaje es claro: la moda está en la cúspide de un cambio digital masivo, y solo aquellos dispuestos a abrazar esta transformación prosperarán.
