La ONU usará este vehículo autónomo no tripulado y con IA en … – NIUS

Se denomina SHERP, y lleva siendo usado desde 2012, pero hasta ahora siempre con conductor
La IA permitirá combinar datos de diversas fuentes para que el vehículo pueda ser totalmente autónomo
Es un vehículo anfibio y curiosamente la sede de la compañía que los fabrica está en Rumanía
Abastecer de alimentos las zonas en conflicto no sólo es difícil logísticamente, sino muchas veces muy peligroso. Los ataques a trabajadores humanitarios han aumentado en estos últimos años ostensiblemente. Cada vez se respetan menos los derechos de los civiles y, por supuesto, los trabajadores humanitarios se juegan su vida en numerosas ocasiones.
Para tratar de evitar estas situaciones, la ONU ha encontrado una solución basada en las tecnologías más punteras de las que dispone ahora mismo la automoción mundial, la Inteligencia Artificial y el coche autónomo o sin conductor. En concreto es el Programa Mundial de Alimentos de las Naciones Unidas, conocido como WFP, quien se ha asociado con el Instituto de Robótica y Mecatrónica de la Agencia Espacial Alemana (DLR) para desarrollar un vehículo autónomo que pudiera evitar la presencia de dichos trabajadores humanitarios. Se trata del proyecto AHEAD o Dispositivos Autónomos de Ayuda Humanitaria de Emergencia, que pretende mantener los envíos de ayuda humanitaria a las zonas de guerra, pero de forma segura para las personas a partir de 2024.
Recordemos que el Programa Mundial de Alimentos es la mayor organización humanitaria del mundo. En 2019 proveyó de alimentos a cerca de 100 millones de personas en 88 países, por lo que obtuvo el Premio Nobel de la Paz en el año 2020.
Sudán
Estos vehículos llevan siendo utilizados por las Naciones Unidas desde la famosa batalla de Alepo en Siria y la guerra que allí se mantuvo entre 2012 y 2016. Entonces los envíos de alimentos vía aérea se hicieron muy dificultosos debido a la orografía que impedía aterrizajes, lo costoso de los vuelos, el hecho de que los lanzamientos requerían grandes espacios libres de conflicto y a las bajas causadas por los misiles tierra-aire.
Fue allí donde los SHERP -que es así como se denominan estos vehículos- se estrenaron en labores humanitarias con buenos resultados. Se trata de un vehículo que más allá de contar con cierto blindaje, flota en el agua, es decir, es anfibio y puede vadear zonas inundadas, caudales de agua etc. el que es un detalle cada día más importante en este tipo de misiones. Su capacidad de transporte también es destacada, ya que puede acarrear hasta dos toneladas máximo de material, medicinas, alimentos etc.
Los SHERP, que fueron diseñados por la compañía Quadro curiosamente en Rumanía siguen actualmente en servicio. En concreto la ONU cuenta con hasta 50 unidades en Sudán del Sur, un lugar donde la WFP de la ONU perdió tres trabajadores a principios de este mismo año. Pero estos vehículos han de ser manejados por un conductor humano.
Pero además de los peligros provocados por el hombre, existen diversos riesgos naturales en las zonas de operación como serpientes y otros animales salvajes, o mosquitos que transmiten enfermedades como la malaria. Otros riesgos sanitarios para los conductores son las epidemias, como el virus del Ébola (en Sierra Leona, RDC) o la reciente pandemia de COVID-19.
Según explica Kyriacos Koupparis, Jefe de Innovaciones Fronterizas del Acelerador de Innovación del WFP en Múnich, “Los trabajadores de las organizaciones humanitarias están expuestos a un número cada vez mayor de peligros y amenazas. Muchas operaciones tienen lugar en entornos de alto riesgo, como regiones con disturbios civiles, guerras civiles y/o estados frágiles en conflicto. A pesar de los tratados que prohíben el uso de minas terrestres, y a pesar de las iniciativas de desminado en curso, los incidentes mortales relacionados con minas o artefactos explosivos improvisados son, por desgracia, omnipresentes para los conductores de nuestros convoyes de ayuda”,
IA, al quite
Y aquí es donde la Inteligencia Artificial permite la solución: usar vehículos sin conductor. Esto es por sus grandes capacidades para integrar datos procedentes de diferentes fuentes, tales como satélites, cámaras de imagen, radares Lídar de corto alcance, sensores de cercanía etc, con lo que los vehículos realicen sus tareas, siempre controlados por unos “conductores” que los supervisan o que incluso los manejan en remoto. Por ejemplo, la presión de sus ruedas puede ser reducida para afrontar complicados terrenos tanto urbanos como en campo y después volver a hinchar sus neumáticos mediante unas válvulas externas.
Otra de sus ventajas es su amplia autonomía temporal, ya que pueden estar funcionando hasta un máximo de 115 horas. Y sus capacidades off-road son destacadas, ya que pueden escalar dificultades de hasta un metro de alto.
Y otra de sus grandes ventajas es que, en comparación, utilizar estos vehículos resulta económicamente mucho menos oneroso que usar transporte aéreo, con lo que también permite a las organizaciones, no sólo ser más eficaz y llegar hasta zonas muy específicas, sino también realizar entregas en los momentos más adecuados.