La Fidma se viste a la moda – El Comercio: Diario de Asturias

Evolución, resiliencia, ilusión y base. Estas son las cuatro palabras con las que Francisco Javier Rodríguez (Mazcatu), Carolina Suárez (MonAlcobe), Eva Maseda (taller de confección infantil Eva Maseda) y Pilar Martín (Escuela de Confección y Patronaje Dácala) ven el futuro de la moda. Con esas cuatro palabras, pronunciadas respectivamente, plantearon ese futuro inminente durante la mesa redonda ‘Presente y Futuro de la industria de la Moda’ organizada por la Asociación de Diseño y Moda en Asturias (ADYMO)
Rodríguez afirmó que «todos los meses tengo que evolucionar con maneras nuevas de hacer los productos, por eso creo que es lo más importante». Emprender nunca es sencillo. Consciente de ello es Carolina Suárez, dueña de una tienda de ropa de cama: «Hay que aprender como jóvenes que están abriendo su propio negocio que hay que continuar, aceptar y agarrar el toro por los cuernos». Si algo se une a este aprendizaje dentro del mundo de la moda es la ilusión con la que se hace. «La gente que empieza tiene que gustarle y que no le importen las horas, solo que cuando vea la pieza que tiene entre las manos le produzca ilusión», dice Maseda. Pilar Martín, por su parte, apoya sus palabras y une a ellas la «base» porque «si no hay unos conocimientos y no se ponen las ruedas para andar no vamos a poder hacerlo». Ve muy importante que cuando lleguen jóvenes a los talleres «se deje que toquen los productos y que trabajen y se empapen de todo».
La educación en el ámbito de la moda fue lo más reivindicado en la mesa redonda. «Los jóvenes ahora no tienen formadores, se echa en falta porque están jubilados y no hay relevo», dice Rodríguez. Respalda esto Martín, quien aporta que «la gente que podía enseñar entra ahora en la jubilación, son la mejor escuela: la experiencia».
«Asturias es una de las provincias con más creadores», insiste Martín, que ve necesario que esos mismos diseñadores «tengan técnica y un conocimiento de patronaje, se nos ha olvidado la modistería».
La sostenibilidad, tan presente en estos días, fue un tema puesto sobre la mesa, «uno de los tejidos con los que trabajamos es el bambú que viene a partir de una planta y vuelve a crecer en menos de seis meses», defiende Carolina Suárez. «Hay gente que quiere cosas que realmente valgan la pena. Pagar un poco más por algo que va a durar más y tiene más calidad. Pienso que necesitamos que estos tipos de trabajos se paguen bien porque hay una necesidad», añade.
En su caso, hacer una pieza medida de cama le lleva entre uno y dos meses, «no hay manera más rápida». Esto también le sucede a Eva Maseda, «tenemos un taller mínimo de artesano. Un vestido nos lleva mínimo 6 o 7 días. Nuestro volumen puede ser tres vestidos como mucho a la semana». Carolina Suárez aprovechó el día de ayer para pedir que los gastos se equiparen a la situación, «no pueden ser comparables nuestros gastos con la producción en masa».
Tras la mesa redonda se celebró un desfile en el que participaron seis diseñadores. Abrió el acto la marca de lujo sostenible Cyrana con fuertes y coloridas propuestas. La diseñadora de moda, patronaje y confección, Ángela Antuña, trajo a la Fidma unos diseños inspirados en el mundo circense con tocados y joyas diseñados especialmente para ello de la mano de HB2 tocados y complementos.
En la colección de otoño-invierno de Uli&Mele prevaleció el empoderamiento, que se hizo protagonista con los diseños basados en la Segunda Guerra Mundial. Continuando con los modelos más pequeños con diseños tradicionales y clásicos con un toque de imaginación de Eva Maseda. Looms by Marta Iglesias cogió el relevo y, para terminar, la boutique de moda Yes50 con diseños hechos a fuego lento y un sabor vintage pero muy actual.