El drama de estudiar y enseñar en medio del miedo – MDZ Online

La mujer mira para atrás con apuro y corre por la vereda. En una escena que queda grabada por las cámaras de seguridad de las calles de Isidro Casanova, partido de La Matanza, se ve cómo una docente de secundaria es asaltada por dos motochorros que la persiguen, encierran y atacan. Alguien que pasa quiere ayudar, pero no puede y se va. El hecho dura 28 segundos.
La profesora desde el piso se defiende con manotazos y patadas. Al atacante le cuesta sacarle sus pertenencias. Todo tarda demasiado por lo que su cómplice, que espera en la moto para huir, saca un arma y efectúa dos disparos. Después de eso han terminado el robo y se van. La víctima corre en búsqueda de auxilio, dos hombres que pasan por el lugar se acercan.
La secuencia ocurrió en la puerta del colegio donde la mujer trabaja, en la Escuela 7 de esa localidad. Mientras tanto, adentro los estudiantes quedaron encerrados. Se escuchaban los gritos y los estruendos de los disparos por lo que la orden fue que nadie saliera hasta que llegara la policía.
Anabela, la madre de un alumno, habló con medios de televisión y contó que la inseguridad en la zona es moneda corriente. También que días atrás uno de sus hijos fue asaltado. “Está asustado. Tiene 15 años. Le robaron cerca de casa, a 15 cuadras de la escuela. Estaba en la parada del colectivo, esperando para venir al colegio, y se cruzó con dos motochorros que le sacaron la mochila y el celular. Le golpearon la frente con un arma. No hay zona segura, no se puede vivir tranquilo”, aseguró y pidió a sus pares que se acerquen a la escuela para visibilizar la problemática.
Algo similar pasó en José León Suárez donde la víctima fue una niña de 12 años. A la menor la asaltaron junto a su hermana cuando salían de la escuela. Una vecina que estaba en la zona registró el momento y lo viralizó en redes sociales absolutamente indignada. En las imágenes se ve el momento en el que la policía llega y asiste a la niña. “¿No te lastimaron, bebé?”, le pregunta la oficial. A la menor los delincuentes la habían amenazado, le habían dicho que no gritara, según contó una mujer que la asistió.
Quebrada en llanto la preadolescente contó que el delincuente que la atacó tenía remera bordó, pelo negro y color de piel oscura y que después de sacarle sus pertenencias escapó. “Había gente, había gente en la esquina, nadie vino a ayudarme. Estaba con mi hermana, mi hermana tiene 11 años”, gritó la nena con enojo y dolor.
Los vecinos se quejan en redes sociales, se agrupan y comparten la indignación por la cotidianeidad del delito que les embarga la tranquilidad y les impide llevar adelante sus actividades del día a día. Hay un cambio de hábitos para ir a trabajar o estudiar. Se refuerzan las medidas de cuidado y se despliegan estrategias entre familiares y compañeros para llegar a salvo a la escuela, el comercio o la oficina.