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Un total de 45 diplomáticos rusos abandonan Moldavia tras la reducción de personal de la Embajada en Chisináu
Un total de 45 trabajadores de la Embajada de Rusia en Chisináu han abandonado Moldavia este lunes tras la decisión tomada en julio por el Ministerio de Exteriores moldavo de reducir la presencia diplomática rusa por sus “acciones hostiles” e “intentos de desestabilización”. “45 empleados de la embajada volaron, junto con miembros de su familia, unas 70 personas. Todo transcurrió como de costumbre. La parte moldava brindó la debida asistencia”, ha informado un representante de la Embajada rusa, tal y como ha recogido la agencia de noticias TASS.
En concreto, la oficina pasará a tener diez diplomáticos y 15 administrativos frente a los 80 trabajadores con los que contaba anteriormente. Del total que han abandonado el país, 22 son diplomáticos y 23 son técnicos administrativos. Las quejas de Moldavia hacen referencia a un reportaje publicado por Insider y Jurnal TV en el que se alertaba de que las decenas de antenas parabólicas que se encuentran sobre los tejados del edificio de la Embajada rusa en Chisinau interceptan señales de telefonía, lo que les permitiría escuchar e interceptar conversaciones telefónicas de la radio de la Policía.
El embajador ruso sostiene que muchas de esas antenas se colocaron en la década de los 90 en el momento en el que se construyó el edificio y que varias están ya obsoletas. “Muchas están oxidadas. Si la telefonía e Internet fueran mejores, probablemente no sería necesario actualizarlas constantemente”, afirmó. En respuesta, el Ministerio de Exteriores ruso ha afirmado este lunes que esta decisión “injustificada” forma parte de “la campaña antirrusa a gran escala”. “Este paso hostil de Chisinau tendrá consecuencias para las relaciones ruso-moldavas“, ha señalado, según ha recogido la agencia de noticias TASS.
Las relaciones entre Rusia y Moldavia –ya tensas tras la llegada al poder en Chisináu de políticos proeuropeos– se han visto deterioradas, al igual que en la mayoría de países europeos, por la guerra en Ucrania, iniciada a finales de febrero de 2022 por orden del presidente ruso, Vladimir Putin.